Tuesday, February 14, 2006

Itaca

Si vas a emprender el viaje a Itaca
pide que tu camino sea largo,
rico en experencias y en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a Lestrigones ni a Cíclopes
ni al fiero Poseidón hallarás nunca
si no los llevas dentro de tu alma,
si no eres tú quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que, con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas.
Detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral y ambar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte perfumes
delicados y voluptuosos.
Visita cuantas ciudades puedas de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu memoria.
Llegar allí es tu meta,
más no apresures el viaje.
Mejor que dure largos años
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino
sin esperar que Itaca te enriquezca.

Itaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino nunca hubieras emprendido.
Más ninguna otra cosa ha de darte.
Y si la encuentras pobre
nunca pienses que Itaca te engañó.
Rico en saber y en vida como has vuelto,
comprendes ahora lo que significan las Itacas.

Konstantin Kavafis

1 comment:

Anonymous said...

Esto está escrito en una de las paredes de un bar de Laredo. El bar se llama, cómo no, Itaca.