Viaje a Holanda

Este verano he pasado un semana en Holanda, en Grijpskerk, un pueblo del norte cercano a Groningen (donde nació Ronald Koeman). Para ser Holanda, hizo muy buen tiempo, a veces estaba nublado, y sólo llovió un día.
Lo que más me impresionó, fué el cielo y el horizonte. Es un cielo completo, en el que no hay obstáculos que te impidan ver perfectamente la semiesfera azul y blanca que forman el cielo y las nubes. Tenía la sensación que el cielo era más grande que en España, que había más aire. El hecho de no haber montañas, o una orografía accidentada facilitan este efecto.

Molino, cielo y animales pastando, algo muy holandés

Tienes la sensación dentro de tí un poco extraña, te das cuenta que estas dentro de la naturaleza, es algo realmente difícil de contar. Seguramente en Holanda les costó aceptar que la Tierra era redonda y no plana, no hay mas que mirar al horizonte para tener ciertas dudas al respecto.

Infinito

Hay una leyenda urbana que dice que en Holanda todo el mundo no sólo tiene una bicicleta, sino que la utiliza todos los días para desplazarse. Me propuse averiguar qué había de cierto y saque unas fotos para aclarar todas las dudas al respecto.

En Amsterdam hay un parking 10 veces más grande que este

En próximas entregas, aclararé más dudas típicas sobre el país de Van Gogh.

Modestia

Aquí van un par de refranes japoneses que ensalzan la modestia, vía Kirai:

• “Nou aru taka ha tsune wo kakusu” – Las águilas con talento esconden sus uñas

• “Deru kui wa utareru” – Las estacas que sobresalen pueden ser amartilladas

Tenemos bastantes cosas que aprender de los japoneses, a pesar de lo raritos que puedan ser.

Libros

Aquí os pongo una lista de libros que me gustaría leer en los próximos meses:

• El chico de la bomba - José María Sanz ( Loquillo )- Autobiografía en la que retrata la vida durante en el franquismo en Barcelona.
• El ocho - Katherine Neville – Novela del tipo de El Código Da Vinci.
• Asphalt Gods - Vincent Mallozzi – Relatos sobre la pista de streetball más famosa del mundo, la Rucker Park.
• El arte de la Guerra - Sun Tzu – Estrategias para salir vencedor de la guerra, pero también aplicables a las situaciones del día a día. Lo podeis encontrar aquí.
• Libros de divulgación científica, para aprender un poco por encima relatividad, física cuántica, supercuerdas, agujeros negros y estas cosas.
• Biografía del Ché Guevara.
• Algún libro sobre bioinformática.
• Algún libro de Jean Paul Sartre, Antonio Rabinat y Juan Marsé.

Se aceptan comentarios y sugerencias sobre estos y otros libros.

Feynman y el software libre

Acabo de leerme “Surely you’re joking, Mr. Feynman!” , en el que el premio Nóbel de física, Richard P. Feynman (1918-1988), relata anécdotas de su vida, mezclando humor y ciencia.

En el último capítulo, da unos consejos sobre como debería actuar un científico honrado, aunque se podría extrapolar a muchos ámbitos de la vida. En él pide a los científicos que cuando tengan que realizar experimentos o elaborar teorías a partir del trabajo previo de otros, comprueben ese trabajo previo, ya que puede haberse realizado incorrectamente.

Otro consejo, aboga por una filosofía similar a la que promueve el software libre. Para ser un buen científico, cunado se ha realizado alguna innovación, y se ha de presentar a alguien, se debe hacer exponiendo los casos, ejemplos que la soportan, y al mismo tiempo los que la pudieran contradecir o llevar a error. En resumen sería mostrar tanto la parte bonita y que lleva al éxito, como los errores o las posibles contradicciones. Esta última idea esta próxima a la que promueve el software libre, y que dice que los errores de un programa se han de hacer públicos, compartirlos con los demás, tan pronto como se descubren. Esto es lo que hace la comunidad del software libre, al contrario que las empresas de software propietario, las cuales intentan esconder los fallos de sus programas.

Si Feynman viviera hoy, seguro que apoyaría el software libre.

Especies del metro IV

El hablador compulsivo

Para ir a trabajar a parte del metro cojo el tren hasta l’Hospitalet. La semana pasada, me tocó ir en uno de esos antiguos en el que puedes bajar las ventanillas y que en lugar de asientos tiene sofás. Al llegar a la estación de Sants se vacia el vagón, de los 200 que vamos en él, nos quedamos un currela y yo, cara a cara. Pienso, “es curioso que de todos los que vamos sólo quedemos él y yo, justo uno enfrente del otro”. A mi me gusta la tranquilidad e ir a mi aire, y espero que no sea de esos que necesitan hablar con cualquiera que se encuentra. Murphy vuelve a hacer de las suyas.
En un trayecto de cinco minutos, que a mi me parecen años luz, el tipo me habla, más bien me grita, sobre un millón de temas disparatados. Lo curioso es que los enlaza de forma natural.
El tipo suda más que Camacho en el mundial de Korea y, despues de abrir unas ventanillas, me empieza a hablar de cuánto calor tiene, de lo incómodos que son estos trenes que no tienen aire acondicionado, que si en tal línea aún circulan los trenes de la serie 418. Luego que los de la serie 403 son los que van para Girona, pero que los mejores son los de la 500 y pico, y yo que pienso “Por qué coño me he tenido que quedar solo con este individuo ansioso por hablar, que ni si quiera le da tiempo a pronunciar todas las palabras que le vienen a la boca. A ver si se atraganta y se calla”.
Después de recitarme todos los modelos de la red de Cercanías de Renfe, se mete en que los coches contaminan más que los trenes, y que hay que salvar el planeta de la destrucción causada por el cambio climático. Según él las películasde Hollywood vaticinan grandes catástrofes como el tsunami o el Katrina, por que los directores de cine van a hablar con los científicos para coger ideas y con ellas realizar películas.
Para él, la gran culpa de estos desastres la tienen los políticos, que no se preocupan por el futuro, incluso parece que no tengan hijos como tiene él, y que les importa una mierda lo que le pueda pasar a la Tierra.
Hasta aquí, si no contamos la exaltación con que se expresa, podría paracer una conversación-monólogo mantenida con cualquier persona. Pero hé aquí que, debido a la emcoción de sentirse escuchado, el tipo se lanza y destapa las teorias paranoico-surrealistas que ha construido tras décadas de observación y reflexión. Debido a la destrucción de nuestro planeta, tendremos que emigrar a otro, pero cuando esto suceda no tendremos la tecnología necesaria para hacerlo. Ni siquiera los extraterrestres querrán nuestro planeta, por que él, él cree en los extraterrestres, es más, se fia más de ellos que de los políticos.
Los políticos no saben ni un 5% de lo que pasa en la calle. Un cuñado suyo es policía nacional, y le ha explicado que hay muchas cosas raras que no llegan a los medios de comunicación, que no ven la luz. Él ya no se fía de nadie y va ojo avizor por la calle por que no quiere que le roben ningún órgano, ya que hoy en día, cualquiera te pone un pañuelo con cloroformo en la nariz, te duerme, te lleva a un sitio donde te quitan los riñones o un pulmón y te tiran en un vertedero. Está preocupadísimo por su seguridad y por la de sus hijos, por que esto viene de muy arriba, de gente con mucho poder. Por suerte, cuando empieza a hablar de conspiraciones a gran escala entre potencias mundiales como USA, Rusia, Japón, etc., llegamos a destino y puedo salir corriendo, dando gracias por que aquel desequilibrado solo le hubiera dado por hablar y por nada más.

¿A qué le tengo miedo?

Todos los políticos creen que el hecho que la gente les vote, les transfiere inmediatamente el conocimiento sobre las preocupaciones de los ciudadanos. Piensan que son unos iluminados, los poseedores del saber supremo, y con un poco de tiempo, que saben mejor que nosotros mismos lo que pensamos y lo que nos preocupa.
Es nuestro pan de cada día el ver como las personas que han de construir una parte del futuro de este país (por que otra parte nos toca a los ciudadanos) se dedican a poner o quitar importancia según sus necesidades políticas, a los temas que nos afectan. Intentan distraer nuestra atención con cosas que, si lo pensamos mínimamente, no son de vital importancia para nosotros.
No me gusta el terrorismo, no está bien defender ideas políticas con armas, pero no es lo que más me preocupa en mi vida, eso que en los medios llaman “la principal preocupación de la población española”. No lo es, a pesar que muchos políticos han hecho y hacen campaña electoral continua a costa de esta lacra de nuestros tiempos. Pero insisto, no es algo que me quite el sueño.
La inmigración, tampoco está a la cabeza de mis preocupaciones. No veo que los negros, amarillos, amarronados, coloraos,etc., sean un peligro. Nuestras familias alguna vez fueron inmigrantes en algún sitio, e incluso yo tendré que emigrar, y no por ello seré menos persona, y querré que me traten como tal. Los flujos migratorios son algo que siempre ha ocurrido y ocurrirá. Con esto también se consiguen bastantes réditos electorales.
Las Comunidades Autónomas históricas (Galicia, País Vasco y Cataluña) reclaman un trato especial acorde con sus características históricas, culturales y sociales. Los políticos aprovechan esta situación para intentar confrontar regiones.
En estos tres casos, los políticos de todos los bandos hacen una manipulación de la opinión pública terrible. Utilizan, varias estrategias como la FUD (Fear, Uncertainty and Doubt – Miedo, Incertidumbre, Dudas) o la repetición constante de las mismas frases, haciendo bueno el tópico que una mentira repetida mil veces acaba siendo verdad. Nos hacen creer que esto es lo más importante, lo que más nos afecta, lo que más va a condicionar nuestro futuro, que son peligros que pueden fracturar el país, el concepto de sociedad que tenemos y empeorar nuestro nivel de vida.

¡¡Y UNA MIERDA!!

Yo les diré lo que me preocupa. Me preocupa no poder conseguir suficiente dinero de forma honrada para pagar una casa donde vivir, a no ser que quiera hipotecar varias generaciones de mis descendientes.
Me preocupa que aún existan ejércitos, que estos tengan armas tan destructivas como las que tienen, y que a su mando estén políticos con delirios de grandeza. En las guerras mueren muchas personas. Pero el hecho que una persona pueda morir, sea del color que sea, tenga el dinero que tenga, tendría que ser suficiente para borrar cualquier atisbo de guerra en la mente de todos. Hasta que no consigamos hacer desaparecer los ejércitos y las armas, no nos podremos considerar civilizados.
Me preocupa el trato que le damos a nuestro planeta. Me preocupa, por que quisiera estar seguro que nuestros hijos y sus descendientes tendrán un sitio digno donde vivir, ya que al ritmo que vamos no tendremos recursos de los que abastecernos.
Me preocupan las diferencias económicas, de oportunidades, tecnológicas, de salud, etc. etc., que hay entre el primer mundo y los otros mundos, ya que son la causa de muchos males presentes, y muchísimos mas que están por llegar.
Me preocupa la poca importancia que les dan las empresas a sus trabajadores, para las cuales somos un número, y en consecuencia, la inestabilidad laboral que se deriva.

Que se enteren de lo que me afecta más directamente, y lo que realmente me preocupa. O es que cuando eres político , ¿pierdes completamente el sentido común y la ética?

Libertad Digital y Jiménez Losantos

He de reconocer, no os espanteis, que una de las páginas de noticias que visito es … Libertad Digital. Es un mal vicio, incluso alguien me podría recriminar el coquetear con los fascistas, pero no tengo miedo de ver el lado oscuro, pues estoy seguro de mis convicciones. Simplemente lo hago para ver lo que dice la extremísima derecha española, ya que algunos de los artículos allí publicados son muy graciosos. Lo malo es que si los leo durante un buen rato me acabo indigestando con tanta demencia e insalubridad mental.
El título de la página está muy logrado, los peridistas y colaboradores se expresan con total libertad. Total libertad para demonizar todo lo que no es extrema derecha (llegan a dar caña al PP por blandos), fomentar el odio y la violencia, en especial contra Cataluña y sus dirigentes.
Mención aparte merece Federico Jiménez Losantos, radiopredicador de la COPE y articulista diario de la mencionada página. Federico, siente un odio descomunal contra Cataluña. Algunos datos para explicar su postura podrían comenzar con sus estudios. La carrera de Filología Hispánica la realizó en Barcelona, en sus inicios defendía posturas comunistas y de extrema izquierda (como Piqué y otros derechistas), pero cuando comenzaron a asomar las orejas del liberalismo radical en Federico, la extinta Terra Lliure lo secuestro, le endosó un tiro en la rodilla que le dejó una cojera permanente para posteriormente liberarlo cerca de Santa Coloma de Gramenet. A partir de aquí sus posturas se fueron radicalizando hasta el día de hoy, en que se ha convertido en un personaje muy controvertido.

El 90% de sus artículos son proclamas incendiarias redactadas única y exclusívamente para despreciar, calumniar y propinar exabruptos gravísimos contra Cataluña, sus dirigentes y en última instacia, sus habitantes. En el 10% restante de artículos habla de otros temas de política, aunque en ellos, siempre acaba relacionando cualquier cosa, por extraña y rocambolesca que sea, con las alianzas del gobierno español y los abominables independentistas catalanes, que conducirán al exterminio de la nación española.
Y digo yo, si tanto disgustamos los catalanes a este tipo de gente, si somos tan despreciables, ¿por qué insisten en querer vivir con nosostros dentro del mismo país?. Si somos tan malos compañeros de piso, ¿por qué quieren que sigamos bajo el mismo techo? Algo de nosotros les debe interesar para aguantarnos tanto, ¿qué será?

Especies del Metro III

Violonchelista y su violonchelo

Siempre hay gente atrevida, para lo que sea, que no tienen miedo a la adversidad ni a lo que pueda decir la gente (ya lo comprobamos con El Ruquito del Fondo). Un colectivo de este tipo que me llama la atención es el de portadores de objetos voluminosos en el metro.

Mi favorito es el “violonchelista con violonchelo que viaja en hora punta”. Desde aquí expreso mi admiración hacia estos músicos, ellos sí que son los novios de la muerte y no los legionarios, pues intentar entrar en el metro con semejante mamotreto a la espalda es sinónimo de buscar problemas. Yo que siempre voy con una mochila, ya he disfrutado de algún que otro altercado con gente que consideraba que mi pobre mochilita atentaba contra su comodidad. Me imagino algunas de las situaciones surrealistas que le pueden pasar a un violonchelista:

“¡¡¡Po favoooo, déjenme entrar!!!”
“¡¡¡Y una polla como una olla!!!Con eso no entras”
“¿Qué culpa tengo de tener que ir a ensayar a las 8 de la mañana?”
“Pues toca la armónica, que ocupa menos”

“Disculpe señor agente, no me dejan entrar en…”
“¡¡Quieto!! Levanta las manos lentamente”
“Pero agente, si yo…”
“¡¡Qué te calles te digo!!¿Qué llevas en ese bulto?” Dice el poli encañonando a nuestro músico.
“Es un violonch…” Aquí ya se ha hecho pipi.
“¡Mientes! Estamos buscando a un sospechoso de matar a sus padres y llevarse los cadáveres en una mochila enorme. Por fin te hemos encontrado”
“Pero…”
“Andando a comisaría, se te va a caer el pelo, sádico de mierda. En la trena te enseñaran a respetar a tus padres”

Ni que decir del millón de veces que le habrán comentado que tendría que pagar el doble por ocupar tanto espacio, o del desviamiento de columna que acaba causándote ese trasto. No es fácil, ni mucho menos, la vida de un violonchelista.

Especies del Metro II

Pijofamily

¡Una auténtica catástrofe! Su Porsche Cayenne se había tenido que estropear ayer, la niñera estaba de vacaciones, los taxistas de huelga y Álvaro de negocios en Berlín. Pobre Pitina, tenía que llevar a Nachete y Fifina al colegio…¡¡en metro!!

¡¡Dios!!Utilizar el transporte de la plebe, lleno de gente que trabaja, con obreros sudorosos, niñatos con la música a todo volumen, señoras de la limpieza y la escoria inmigrante que nos invade, “¡qué lástima que Jose Mari ya no esté en el gobierno!”.

“Todos estos son tan catetos que ni se darán cuenta que Fifina no lleva conjuntados el lazo del pelo y los zapatos. Pobrecillos que poca clase tienen”. Llevaba 10 minutos sufriendo aquella vejación macabra, y la verdad, es que ya estaba un poco hastiada, ya solo quedaba una parada. “Con suerte no habremos cogido ninguna enfermedad de las que tienen los pobres. Espero que esta experiencia no trastorne a mis hijos, sino, denunciaré a la empresa del metro”.

La parte positiva era que ahora podría contar una aventura inigualable en sus reuniones del Club de Té, “Cuca, Chábeli y Sonsoles no se lo creerán, es demasiado fuerte para ser verdad”.